Política

SEGUNDO PARO TOTAL EN ARGENTINA Y UN PRESIDENTE QUE DICE QUE EL PARO LE IMPORTA UN PITO

El brutal ajuste con despidos, los precios de los alimentos por las nubes y el sideral incremento de tarifas el principal motor de la medida de fuerza

  • 08/05/2024 • 23:53

“El paro me importa un pito”. Según testigos, el presidente Javier Milei calificó en esos términos la segunda huelga general que la CGT lanzará este jueves contra su gestión. En el Gobierno afirman que el nuevo paro mostrará, una vez más, que los sindicalistas “están del lado incorrecto”. El Presidente, en tanto, no piensa alterar su cronograma de trabajo y mostrará una “agenda activa” que comenzará en la quinta de Olivos y se trasladará desde el mediodía a la Casa Rosada.

Al caer la noche del miércoles, Milei subió a sus redes sociales una foto sosteniendo una remera con la consigna “Yo no paro”. Se trataba, en realidad, de una imagen editada de una de las postales que dejó el encuentro que mantuvo esta semana en Los Ángeles con Gianni Infantino, presidente de la FIFA, quien le obsequió una camiseta con el número 10.

En el Gobierno no muestran dudas de que, dado el momento económico que atraviesa la Argentina, “no hay margen” para un cese total de actividades. En esa línea, al igual que frente a la protesta de enero, creen que el paro es una acción impulsada “por la política y no por los trabajadores”. Señalan que la adhesión del transporte es lo que habilitará un impacto mayor a la medida, pero que generará aún más malestar en la gente que “queriendo ir a cumplir con sus obligaciones no podrá hacerlo”.

En Balcarce 50 insisten en señalar la pasividad de los gremios durante los cuatro años de gestión de Alberto Fernández, a pesar de la pérdida del salario frente a la inflación, para argumentar que la polarización con los líderes sindicales terminará siendo conveniente para el oficialismo.

Mientras esto ocurre, del otro lado del mostrador, el gasto en electricidad de los hogares alcanzó en febrero de 2024 el valor más alto de los últimos 30 años, mostró un trabajo reciente de la Universidad Argentina de la Empresa (Uade). La canasta básica de 250 kilowatts (kWh) de consumo energético mensual representó el 3,45 por ciento de un sueldo promedio, batiendo un récord histórico. Pese a lo cual el Gobierno todavía prevé modificar el cuadro tarifario –tanto en luz como en gas-, si bien la fecha de este ajuste fue “postergada” y no se realizará en mayo. Los funcionarios temen por el impacto inflacionario de los servicios públicos con rápido impacto sobre otros precios de la economía.

El trabajo de la Uade, sigue a otro presentado por la Fundación Capital donde se medía la importancia de las tarifas de todos los servicios públicos –luz, gas, agua y transporte- sobre el ingreso promedio de los asalariados registrados (Ripte): la cual había pasado de un 4,6 por ciento en diciembre a 10,8 por ciento en la actualidad. Es decir más que se duplicó en los últimos cinco meses, y la administración de Javier Milei prepara nuevos aumentos.

Dentro de los servicios públicos, la electricidad tiene un peso destacado. Según la Uade, con datos actualizados a febrero de este año, el precio de la luz representó 3,45 por ciento del sueldo promedio desestacionalizado en el sector formal. 

Desde el Gobierno parecen haber hecho una lectura similar cuando el ministro de Economía, Luis Caputo, decidió “no cargar más con gastos de momento a la clase media” y suspendió los aumentos en luz, gas, transporte en colectivo y combustibles: estos últimos se aplicarían en junio, sobre los restantes no hay precisiones. Todavía está en carpeta el monto de la quita del subsidio energético para los usuarios de ingresos bajos (N2) y medios (N3), e implementar el ajuste mensual por inflación que el Gobierno buscará extender hacia todos los servicios públicos.

Hasta febrero se recortaron subsidios, aplicaron subas estacionales e incrementos por devaluación cambiaria y otros costos dolarizados que llevaron a las tarifas de energía eléctrica a computar aumentos de entre 177 y 300 por ciento, según cálculos de la consultora especializada Economía & Energía, que encabeza Nicolás Arceo. Esta misma reveló que se prevén incrementos de hasta 550 por ciento en gas y de 210 por ciento en las tarifas de agua. Aumentos, de momento, “postergados”.

La Uade en su trabajo realizó una medición referente al peso de la energía eléctrica sobre la canasta básica total (CBT) medida por el Indec: con datos actualizados a marzo, la tarifa de electricidad representó el 21 por ciento de la CBT, mientras en enero equivalía al 10 por ciento.