Cisadems realizó esta semana presentaciones ante los ministerios de Salud y Educación de la provincia para que tomen medidas “ante la crítica expansión del dengue y el impacto en las comunidades educativas”, según se indicó en un comunicado. El gremio docente requirió la fumigación, desmalezamiento, descacharreo y la eliminación de basurales y aguas estancadas cercanas al perímetro de las escuelas de toda la provincia, ya que esas condiciones son propicias para la proliferación del mosquito transmisor. También se solicitó el envío de personal, a las escuelas que lo soliciten, para acelerar el descacharreo y desmalezamiento. Por otro lado, se exigió una campaña oficial de vacunación gratuita, cuestión que hasta ahora fue eludida por las autoridades provinciales, ya que se niegan a absorber su costo porque Nación no las envía gratis por relativizar su eficacia. No obstante, ya hay varias provincias que comenzaron a adquirirlas por su cuenta, con fondos propios, para aplicarlas a sectores de mayor riesgo, como Jujuy, Corrientes y Misiones, mientras otras varias gestionan su adquisición. Además, se pidió la provisión a las escuelas de repelentes para alumnos y docentes, que se encuentran expuestos y ya registran un significativo ausentismo por la enfermedad. “La salud de la docencia y de la comunidad toda está en riesgo y hay situaciones que no se hacen muy públicas, se habla pero no en la profundidad que amerita, como es el dengue y la aparición nuevamente de contagios por Covid”, advirtió el secretario general, Darío Toledo. Por otra parte, los docentes infectados reclamaron que Reconocimiento Médico retacea las licencias por dengue, ya que se afirma que aún en su faceta más grave (hemorrágico) otorga apenas hasta un par de días de licencia, pese a la presentación de resultados de laboratorio. Cisadems ya solicitó la suspensión de clases por las elevadas temperaturas registradas a mediados de marzo, cuando se registraron numerosas descompensaciones de alumnos y personal en las escuelas, que en su gran mayoría no tienen acondicionadores y ni siquiera ventiladores en condiciones. Pero las autoridades educativas no tomaron ninguna medida, lo que evidencia una marcada indiferencia por la integridad física de las comunidades educativas.